Existen prácticas sexuales o sensuales que no comportan ningún riesgo para las personas, como besarse, abrazarse, acariciarse, dar o recibir masajes, lamer, compartir la bañera, luchar, pellizcar… En otras prácticas sexuales se pueden utilizar estrategias de prevención que minimicen el riesgo.
Entendemos como sexo más seguro, el conjunto de prácticas que nos permite disfrutar de nuestra sexualidad con el mínimo riesgo.
El tipo de prácticas sexuales que se quieren realizar y el nivel de riesgo que se quiera asumir son decisiones personales.
Aquí os explicaos algunas maneras de reducir el riesgo de complicaciones y maximizar el placer.
Es una práctica sexual que consiste en meter o que te metan la mano en el culo. Con el fist se producen muchas heridas en el culo. Necesitarás un buen número de sesiones previas y mucha paciencia. Para evitar desgarros y heridas se necesita entrenamiento. Es preferible plantearse la dilatación como objetivo en lugar de la introducción de la mano, ya que se corre el riesgo de no atender a los propios límites.
El fist necesita mucha confianza e intimidad entre tú y el tío con el que lo estás practicando, y que tenga experiencia. El arte del fist es relajarte para que el esfínter pueda dilatarse y no requiera tanta fuerza para introducir la mano. Con el fist se producen muchas heridas en el culo y se pueden producir perforaciones del intestino o rotura de esfínter. Dilatado el primer esfínter, queda el segundo por dilatar, con lo que existe el riesgo de romperlo. Si luego te follan a pelo aumenta el riesgo de infección para el VIH y las hepatitis B y C, ya que la mucosa anal es un tejido irrigado y muy absorbente y en el que fácilmente se producen heridas. Si te has metido drogas, puede que alteren tu estado de conciencia y que no te des cuenta del daño que te puede estar haciendo (desgarros o fisuras)
Utilizar mucho lubricante te ayudará a dilatar y a evitar desgarros y hemorragias en el culo. Los lubricantes hidrosolubles no son adecuados para el fist; ya que se secan muy rápido. Los lubricantes a base de silicona dilatan más, no se secan tan rápido y además no dañan el látex (por si después practicáis la penetración con condón). Los lubricantes grasos, como el crisco, o la crema de manos, dañan el látex y pueden facilitar que se rompa el guante, o el preservativo si después hay penetración. Si utilizas el bote de lubricante de quien te introduce el puño, existe el riesgo de que queden restos de sangre de otros, y por tanto riesgo de transmisión del VIH y hepatitis C.
Para evitar posibles infecciones (como el VIH o las hepatitis B y C) tanto del receptor como del introductor, cambia siempre los guantes cada vez que comiences una sesión o cada vez que cambies de agujero. Si no utilizas guantes, aumenta el riesgo de transmisión si hay heridas o cortes en la mano/antebrazo. Si has tenido una práctica de riesgo puedes hacerte la prueba del VIH y la hepatitis C.
Para el lavado del recto puedes utilizar agua tibia. Cualquier otro líquido irrita el recto y por consiguiente crea molestias en el momento del Fist y aumenta el riesgo de infecciones de trasmisión sexual. Puedes comenzar a hacerla algunas horas antes de la sesión de fist, dejando pasar algún tiempo entre una lavativa y la siguiente, y antes del fist para que el recto se recupere de la irritación.
Consiste en dar azotes con diversas herramientas y experimentar el umbral de dolor personal: flogging, varas, paletas o látigos. Para evitar lesiones no deseadas es necesario saber parar y conocer las lesiones que pueden producir (heridas, hematomas). Duele menos si hay un calentamiento previo progresivo (aumenta el umbral del dolor), pero no se producen menos lesiones. Cambiando de herramienta, puede cambiar el umbral del dolor.
Si hay presencia de sangre, el intercambio de las herramientas puede producir la transmisión del VIH, y también de la hepatitis C. Si has tenido una práctica de riesgo puedes hacerte la prueba del VIH y la hepatitis C.
A la hora de utilizar el flogging se ha de tener en cuenta que las puntas hacen más daño, y que cogiéndolas con la mano puedes provocar menos daño y controlar mejor la zona donde pegar (evitando zonas sensibles, como genitales, cadera, cuello, rodillas…).
Se puede realizar sobre una parte o la totalidad del cuerpo, utilizando generalmente cuerdas, aunque también pueden usarse cintas, telas, cadenas, esposas, mordazas…
Una persona inmovilizada está más limitada para poner límites, por lo que los pactos establecidos, la experiencia y confianza en el compañero sexual influye mucho en que no se produzcan daños y consecuencias no deseadas. Se puede pactar previamente una palabra clave para poder parar y/o desatar en cualquier momento. Tener algo cortante a mano te permitirá desatar rápidamente a tu compañero sexual en caso de pedirlo.
Conocer cómo realizar ataduras evitará cortar la circulación, lesiones en la piel y un posible sangrado. Hay zonas de mayor riesgo: las cuerdas/nudos alrededor del cuello pueden causar ahogo o estrangulaciones.
En el caso de utilizar esposas, buscarse estrategias para no perder la llave, como llevarla al cuello.
Con el uso de máscaras se ve afectada la comunicación verbal y no verbal, lo que puede conllevar un mayor riesgo de lesiones no deseadas al no poder valorar los efectos de nuestras acciones sobre la persona que lleva la máscara, y no saber cómo se siente ni lo que le está pasando.
Cuando se limitan canales de comunicación, se han de permitir otros; por ejemplo, si se tapa la cara, permitir hablar o no inmovilizar el cuerpo, de manera que siempre pueda expresarse en caso de querer hacerlo.
Dentro del GUARREO podemos agrupar:
Consiste en estimular y obtener placer orinando sobre otra persona.
No es una práctica de riesgo para el VIH ni otras ITS. Si la persona ha consumido drogas, el riesgo si lo tragas es que aumenta la cantidad de tóxicos en tu sangre, ya que una parte es metabolizada por tu organismo. Para reducir este efecto, puedes beber más agua o zumo.
Consiste en experimentar placer mediante el juego con la saliva y escupitajos.
Consiste en atar los testículos (bondage genital), golpearlos, poner pinzas o clavar agujas.
Los riesgos del bondage genital consisten en cortar la circulación (este riesgo aumenta si se utilizan elásticos, por lo que se debe acortar el tiempo para evitar daños). Para reducir daños tanto en el bondage como golpeando los testículos, se puede probar suave y explorar límites yendo a más. Llega un momento en que deja de doler, lo cual se ha de tener en cuenta para evitar lesiones.
En el caso de utilizar agujas, si se intercambian existe riesgo de transmisión del VIH y la hepatitis C. Si has tenido una práctica de riesgo puedes hacerte la prueba del VIH y la hepatitis C. Para reducir daños, se ha de evitar dejarlas dentro y esterilizar las agujas para que no haya infecciones.
Consiste en presionar los pezones con los dedos para dar dolor/placer. También se pueden usar pinzas para ello o estirar los piercing, si se tienen. Después de un ratito se pierde sensibilidad, por lo que se podrían producir lesiones sin darnos cuenta.
Clavar agujas en los pezones aumenta la sensibilidad, aunque se ha de tener en cuenta que puede haber mucho sangrado, y riesgo de transmisión del VIH y de las hepatitis B y C si se comparten agujas o si la sangre entra en contacto con mucosas o heridas.
A largo plazo se puede producir un alargamiento de los pezones.
Para evitar quemaduras de la piel se ha de tener en cuenta la temperatura a la que funde la vela: si es de parafina lo hará rápidamente, mientras que si es de cera lo hará a temperaturas más elevadas (en este sentido, la cubierta de plástico de las velas provoca quemaduras si se funde). A mayor distancia del cuerpo, la gota quema menos; se puede ir acercando progresivamente, teniendo en cuenta que no se acerque la llama a la piel. Si se tira una gota sobre otra seca, no quema.
Se ha de tener cuidado con los genitales, y también con el grado de sensibilidad de la piel (por ejemplo, si se acaba de perforar).
Una quemadura es una herida y por tanto una puerta de entrada para el VIH si entra en contacto con semen o sangre (entonces, también sería una puerta de entrada para la hepatitis C).
Entre otras prácticas sexuales tenemos:
Por medical se entiende la realización de algunas prácticas como: Perforación (piercing), agujas; enemas; cánulas (sondas uretrales); cortes y saline (introducción de soluciones salinas en el escroto).
Son prácticas que implican contacto con fluidos con capacidad de transmitir VIH y hepatitis C, que requieren un mayor grado de experiencia y control, ya que existe un mayor riesgo de producir lesiones no deseadas que pueden tener consecuencias posteriormente (al cabo de unos días). Si hay contacto de sangre con mucosas y heridas existe riesgo de transmisión del VIH y de la hepatitis C. Para evitar infecciones, es necesario utilizar materiales esterilizados. El riesgo de lesiones no deseadas se reduce si es la misma persona la que se introduce la cánula/enema/agujas. Si has tenido una práctica de riesgo puedes hacerte las pruebas del VIH y de la hepatitis C.
Consiste en la administración de descargas. Para evitar paradas cardíacas no se han de poner los electrodos entre pecho y espalda. Si se disminuye la superficie de transmisión de electricidad existe riesgo de quemaduras. También existe riesgo de sufrir descargas letales si los aparatos que se utilizan están conectados a la red eléctrica (se pueden usar los que utilizan pilas).
Para más información en otras practicas sexuales os dejamos enlace a este artículo en nuestro blog +morbo-riesgo: Lluvia dorada, scat, lamer pies, lapos… riesgos y maneras de reducirlos.
Y otros videos de interés:
BDSM: http://vimeo.com/37585406
Límites en BDSM: http://vimeo.com/37587165
Guarreo: http://vimeo.com/37589231